martes, 20 de julio de 2010

Llamado a Convit por aparición de extraña Lepra, que resultó ser Leishmaniasis

Gac Méd Caracas v.114 n.3 Caracas sep. 2006



Estimado Rovira Dr. Avilán

Tengo el placer de dirigirme a usted como Editor de la revista "Gaceta Médica de Caracas", órgano de la Academia de Medicina de Venezuela, con la finalidad de someter una "Carta al Editor" de carácter informativo y que espero usted considere adecuada para ser publicada en la revista que usted dirige.

Hace aproximadamente unos 10 años, la Oficina Panamericana de la Salud me propuso visitar Costa Rica para estudiar una enfermedad que afectaba predominantemente a la población infantil del Departamento de Liberia, en la Provincia de Guanacate, incluyendo los distritos de Nazareth, que era el más afectado, San Roque, Moracia, Pueblo Nuevo, El Pelón de Bajura y El Gallo. Además, aparecieron tres casos en la Villa de Bogacas, ubicada a 15 Km. de Liberia. Los habitantes de estas áreas eran en parte nativos de Costa Rica y en parte refugiados de Nicaragua.

Desde aproximadamente 20 años atrás, algunas personas del Distrito de Nazareth presentaban lesiones dermatológicas caracterizadas por pápulas y nódulos que ocurrían preponderantemente en niños entre 1 y 14 años de edad y que aparecían principalmente en las partes descubiertas del cuerpo. Las lesiones generalmente eran escasas pero en algunos casos se encontraron hasta 40 de ellas.

En un trabajo presentado durante el XII Congreso Dermatológico Centro-Americano realizado en Panamá se presentaron 55 casos de esta enfermedad con el diagnóstico de lepra tuberculoide nodular. Estos casos aparecieron en unas 15 familias, predominando las lesiones en niños. El diagnóstico estuvo basado en la histopatología y respuesta al antígeno de Mitsuda (prueba intradérmica de lepromina). Posteriormente aparecieron nuevos casos hasta completar un total de 260, resultando en un índice de prevalencia de 175,28 x 1000 habitantes, mostrando la gran difusión en el área, cubriendo una zona de aproximadamente 50-60 Km2.

Durante mi visita a Costa Rica realicé un estudio de esta enfermedad incluyendo un examen clínico meticuloso para determinar las características, número y ubicación de las lesiones. La mayoría de los pacientes eran niños entre 0-14 años; las lesiones eran de número variable, entre una a muy numerosas en casos excepcionales, y aparecían predominantemente en las partes expuestas. Su aspecto era pápulo-nodular, algunas habían evolucionado dejando cicatrices pero otras mantenían actividad en los bordes. Muchas de estas lesiones tenían varios años de evolución, durante los cuales habían aparecido nuevas lesiones.

El estudio histopatológico de más de 25 biopsias mostró en todos los casos un granuloma formado por macrófagos en diferentes períodos evolutivos, desde macrófagos activados hasta macrófagos con diferenciación epitelioide con células gigantes de tipo cuerpo extraño y de tipo Langhans. En su conjunto, la estructura se asemejaba a la estructura de un granuloma sarcoidal, tal como se ve en los granulomas producidos por ciertos metales (sílice, etc.). Ampliando el estudio se realizó una visión con microscopio óptico bajo luz polarizada, lo cual permitió ver pequeños corpúsculos brillantes en el interior de algunas células macrofágicas.

Desde el punto de vista inmunológico, se realizaron pruebas de leishmanina (antígeno de Montenegro) a 81 pacientes con lesiones, observándose que el 90,41 % dieron resultados positivos y los tamaños de las induraciones fueron entre 15 y 34 mm, con predominio de las reacciones mayores de 20 mm. Además se realizaron estas mis-mas pruebas a 20 personas sanas del área de estudio, obteniendo resultados positivos en 11 (55 %). En personas adultas que tenían menos de 7 meses viviendo en la zona se obtuvo un resultado positivo en 12 de 27 (44 %) y de 65 niños sanos, 9 fueron positivos (13,8 %). Estos resultados demostraron que una infección por Leishmania podía estar jugando un papel importante en la enfermedad que se estaba estudiando. A esto, se agregó el hecho de que en dos de nueve casos a los cuales se les realizó cultivo de las lesiones en agar-sangre, se obtuvo resultados positivos, con el crecimiento de un parásito similar al promastigote de Leishmania.

La ausencia de Mycobacterium leprae y la obtención de dos cultivos de Leishmania orientaron el diagnóstico de esta enfermedad hacia lo siguiente: a) eliminación de la enfermedad de Hansen como diagnóstico; b) orientación hacia un diagnóstico de leishmaniasis. El hecho de haber encontrado pequeñas partículas luminosas con luz polarizada agregó un segundo elemento que permitía considerar la posibilidad de un factor de origen ambiental que explicaba el aspecto atípico de la leishmaniasis.

Considerando que por primera vez se detectaban elementos ambientales interviniendo en la producción de una enfermedad endémica, en este caso una asociación del parásito leishmánico con un elemento al parecer del ambiente, se propuso un estudio del elemento ambiental, lo cual fue realizado con un equipo de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela. Este estudio se realizó con microscopio confocal, microscopio electrónico y analizador de Rayos X y se determinó que el elemento ambiental estaba constituido por numerosos metales (silicio, aluminio, cobre, zinc, calcio, etc.) componentes semejantes a los encontrados en las partículas volcánicas determinadas en los enfermos de Costa Rica. Posteriormente, en estudios realizados en Nicaragua, Honduras y Guatemala, encontramos lesiones semejantes a las descritas en este informe.

Atentamente,

J Convit

Ver caso completo en los videos de "Los Secretos del Volcán" en el blog de Convit o en youtube


lunes, 19 de julio de 2010

Homenaje a Jacinto Convit- Premio a la Excelencia

USB en Breve
09/10/2007




El doctor Jacinto Convit muestra la placa que recibe de manos del rector de la USB, Benajmín Scharifker y el presidente de la Apusb, Rafael Álvarez.



Lisbeth Bernal
Departamento de Información y Medios USB


09-10-07. Por su trayectoria académica y humana el reconocido médico venezolano, Jacinto Convit, fue homenajeado en la Casa del Profesor de la USB. Familiares, amigos, colegas y académicos, estuvieron presentes en el acto celebrado al final de la tarde del lunes, organizado por la Apusb.

El rector Benjamín Scharifker aplaudió la iniciativa de la Asociación de Profesores de rendirle un tributo a la significativa y profunda labor de Convit, no sólo por sus valiosos aportes al crear la vacuna contra la lepra, sino por las contribuciones singulares que ha realizado a lo largo de décadas.

Scharifker resaltó sus gestiones en la formación de instituciones y su trabajo centrado en las necesidades de Venezuela. “En estos tiempos, es difícil encontrar personas como Jacinto Convit, que a pesar de los gobiernos de turno y la falta constante de estímulo a la labor científica, no interrumpen su tarea”.

Tras el ejemplo que constituye el doctor Convit, concluyó que sólo a través del sacrificio y el compromiso con la sociedad venezolana, se pueden resolver los problemas de salud de los venezolanos.

En nombre de la directiva de la Apusb habló Rafael Álvarez, quien solicitó un largo y fuerte aplauso para el homenajeado y anunció que le solicitarán al Consejo Directivo que le sea conferido a Jacinto Convit, el título de Doctor Honoris Causa de la USB. “Para nosotros es un orgullo y un privilegio, compartir con el doctor Convit”, expresó Álvarez, quien aprovechó la ocasión para destacar que la labor de premiar al talento nacional y a aquellos que han sobresalido por sus valiosos aportes para la sociedad, es un hecho bien ilustrado en la USB.

Lecciones de vida
El homenajeado agradeció el gesto de la Apusb y compartió lecciones de vida. Entre ellas enfatizó que los avances científicos no son suficientemente efectivos si no se acompañan con medidas que modifiquen las condiciones sociales de la población.

Después de su graduación, Convit contó que su camino fue tratar las llamadas enfermedades obligatorias que afectan zonas remotas, aunque él propuso cambiarle esa denominación por “enfermedades de los pueblos olvidados”, porque precisamente quienes las sufren, explicó, son habitantes en estado de pobreza e ignorancia que pareciera han sido olvidados por la sociedad. Tras su experiencia en esta materia, concluyó que mientras continúen estableciendo en dichos pueblos, un sistema técnico no relacionado con el aspecto social, tal como lo hace la Organización Mundial de la Salud, continuará el incremento de enfermedades obligatorias.

En ese sentido, reitero en su discurso que hay que hacer un esfuerzo para eliminar la ignorancia, el hambre y los malos hábitos de higiene, además de otros problemas sociales, porque de lo contrario “las enfermedades nunca serán superadas”.

Un proyecto alineado con estos planteamientos, señaló, es el ideado para proveer de agua potable a los Indios Warao. Alrededor de 30 personas están trabajando en su diseño, incluyendo tres estudiantes de Ingeniería Mecánica de la USB. La idea, explicó, es mejorar su salud proporcionándoles otros procedimientos para recolectar este preciado líquido, ya que ellos beben el agua contaminada del río, lo que les genera cuadros diarreicos graves.

Por ahora se refieren a dos tipos de procedimientos: recoger el agua de la lluvia y la vaporización que es muy común en Israel. Sin embargo, todavía están a la búsqueda de fondos para concretar el proyecto. Junto al aspecto técnico, aseguró que harán hincapié en la educación pública y en la formación musical del Warao.

Jacinto Convit
Nació en 1913. Es conocido mundialmente por sus estudios epidemiológicos, a través de los cuales desarrolló una vacuna para la cura de la lepra. También cambió radicalmente el tratamiento de los leprosos en Venezuela al proponer que los enfermos fuesen tratados en sus lugares de origen y dada la magnitud de su aporte, fue postulado en 1988 al Premio Nobel de Medicina.

En su largo currículo se señala que ha sido jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Vargas (1958-95), director del Instituto de Biomedicina (1972 hasta el presente), profesor titular y jefe de la Cátedra de Clínica Dermatológica de la Escuela de Medicina "José María Vargas" de la UCV (1958), miembro del Consejo de la Facultad de Medicina (1973 hasta el presente), miembro del Sistema de Promoción del Investigador (SPD en la categoría de Emérito (1994), miembro fundador de la Sociedad Venezolana de Dermatología y Venereología, miembro de la Asociación Internacional de Lepra, miembro fundador de la Sociedad Venezolana de Alergología, miembro fundador de la Sociedad Venezolana de Salud Pública, miembro de la Royal Society of Tropical Medicine and Hygiene, miembro correspondiente de la Society for Investigative Dermatology y miembro de la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia (Asovac).

Por sus contribuciones ha recibido el
Premio José Gregorio Hernández (1955 y 1980),
Premio Martín Vegas (1960), Orden 27 de Junio de la UCV (1976),
Orden Francisco de Miranda (1980), título Doctor Honoris Causa otorgado por las Universidades Santa María (1981), la Francisco de Miranda (1982), la Nacional Abierta (1982) y la de Los Andes (1586),
Medalla Federación Médica Venezolana (1987),
Premio Principe de Asturias (1987)
Medalla "Salud para todos en el año 2000" otorgado por la OMS-OPS (1988).
Adicionalmente es Individuo de Número (Sillón No. XXXI ) de la Academia Nacional de Medicina (1990),
Premio Nacional a la Creatividad y a la Inventiva durante el Primer Salón Nacional de los Inventos y Descubrimientos, Eureka (1990)
Orden del Libertador (1993).
Más detalles de su hoja de vida en: http://www.anm.org.ve/psitem.cfm?psid=314&d=prodshow



También participaron en la entrega de la placa de reconocmiento a Jacinto Convit, los profesores de la USB, Carlos Pollak y Antonio Acosta.




miércoles, 14 de julio de 2010

Hijo Ilustre

Los milagros y los descubrimientos de Jacinto Convit se han dado a la luz del sol litoralense.



Es por eso que desde el Hospital Martín Vegas, el personal está desarrollando un proyecto para crear una sala de historia, donde se recree la leprosería de Cabo Blanco, se conozcan detalles del bioterio del galeno y se le declare Hijo Ilustre del Estado Vargas.

"Ese es nuestro norte. Por lo pronto estamos haciendo un dossier para presentarlo al gobernador Jorge García Carneiro, al Consejo Legislativo y a la Procuraduría del Estado para ver como se canaliza esta solicitud", reveló el epidemiólogo del hospital Pedro León Civira.

"Estamos haciendo contacto con él para ver si viene al Hospital y se reencuentra con sus pacientes, que se sienten orgulloso de cada uno de sus logros en el plano científico y humano", relató el facultativo. NNA

"Si Convit venció la lepra, también lo hará con el cáncer"


Catia La Mar.- El Hospital "Dr. Martín Vegas" en la parte alta del barrio Ezequiel Zamora en Catia La Mar es el último centro que queda en el país donde se albergan 50 pacientes que sufrieron el Mal de Hansen, la lepra, un padecimiento estigmático que iniciando el siglo pasado obligó a abrir lugares conocidos como leproserías, en donde niños, jóvenes y adultos, sin distingos, eran encerrados, para evitar se propagara el mal.

Pero fue a la hoy desaparecida leprosería de Cabo Blanco donde el joven Jacinto Convit revolucionó el lugar. Junto a Martín Vegas apostó por la humanización, aplicó nuevos fármacos hasta encontrar la vacuna que lo erradicara. Hombres y mujeres, pacientes y enfermeras, recuerdan está epopeya que para muchos escépticos en la década 80 no pasaría de ser "un notable experimento".

"Llegué a Cabo Blanco de 8 años. Cuando cumplí 13, Convit ingresó de pasante. Lo recuerdo alto, buenmozo y grandes ojos azules. Crecí oyendo sus charlas, viendo sus investigaciones. Nunca pensé que me curaría. Cuando me dijo que había una vacuna para frenar efectos de la lepra en mi organismo, ni yo misma le creí. Pero fue verdad. Dedicó cuerpo y alma a luchar contra la lepra. Ahora está haciendo lo mismo con el cáncer. Tengo mucha fe en sus investigaciones. Si venció la lepra, seguro que lo hará con el cáncer", dice Josefina Fernández, de 88 años de edad.

Para ella las nuevas generaciones deben saber lo que es Convit para la medicina. "La gente joven no se imagina lo que es un flagelo así, que hasta tu familia te reniegue y te encierren. Buscó curarnos de todas las formas posibles. Nos alivió el cuerpo y el corazón".

Como Fernández, Juan Francisco Villegas, de 93, tiene frases de gratitud. Evoca el temor de muchos de ser conejillo de indios y la valentía de los más decididos que iban al Bioterio donde Convit criaba cachicamos a inocularse. "Con las primeras vacunas en la piel se formaba una costra. Unos decían que devendrían en cachicamos. Pero luego la lesión sanaba".

Tras descubrir la vacuna en 1988 los enfermos de Hansen no son recluidos, reciben tratamiento ambulatorio y viven en sus hogares. Lamentablemente estudios de Convit sobre enfermedades de la piel se pararon por falta de fondos. "Poco a poco el hospital se fue rodeando de casas humildes. Y quienes llegaban se metían a cazar cachicamos y los eliminaron. Cuando me cuentan de la vacuna del cáncer que hace Convit yo le digo a la gente que crea. Cuando llegué a Cabo Blanco en 1948 nadie hubiese apostado que iba a estar sano. Y hoy lo estoy", cuenta Ítalo Pacheco.



Nadeska Noriega Ávila
ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL

sábado, 10 de julio de 2010

Poesía en Honor al Dr. Jacinto Convit

Por Nelson José Ponce González


Jamás podremos explicar lo que se siente cuando el corazón se oprime de alegría y admiración, y brotan las lágrimas de sentir algo tan grande y haber hecho tan poco, en comparación con UD,
. De no entender que escondido de la vida, y sin saber donde buscar. Fue UD. por el bien para brindarlo a otros. Sin esperar nada a cambio.
.De cómo logro ahogar sus deseos de juventud para defender una lucha que no era lucha, porque era la nada quien reinaba, en un tiempo mas bien, sin horizontes ni caminos.
Donde los poetas se pierden porque se acaban las letras, porque se mueren las musas. Porque nos tragan las tinieblas Porque encallan las Barcas, los grandes buques, los navíos.
Allí Encontró UD, las razones del dolor y la cura.
Sin embargo pudo despertar pasión por ideas cuando no eran ideas, sino sueños ocultos en el borde del infinito pensamiento. Sin tener más nada que una cantimplora de fe.
Cómo se labra el camino de la gloria sin Brújula ni timonel?.
Como saber si el viento sopla a favor,? cómo ser lo que nunca hemos sido?. Acaso la terca voluntad es suficiente?
Brindo por los Leonardos, los quijotes, Los Julio verne. Aquellos que sin banderillas ni capotes, sin rabos ni orejas, sin vítores, ni fiestas; sin aspirar a la gloria, asi lo hicieron, asi lo lograron. Brindo por UD

Gustavo Merino Fombona: Jacinto Convit


sábado, 10 julio 11:00 AM




Tótems, áticos, faros, atalayas morales, son los sinónimos de las brújulas que las sociedades buscan en los contenidos de sus almas, son musas que canalizan la ejecutoría de designios del paroxismo humano, para besar la concreción de metas sublimes, donde los lenguajes de las nubes son abrazos reales. Más aún si producen felicidades al prójimo individual y mucha mayor complacencia si lo hacen al colectivo.


La cultura del deber social de la ciudadanía es relativa y muchas veces escasa. La gratitud hacia personas singulares en desprendimiento, valores humanísticos, conocimiento, honestidad, sabiduría, educación, constancia y tratos de convivencia espiritual, en todas las antropologías, sociologías y culturas, debería ser altar y bendición natural. Por el riesgo que no siempre es así, van estas palabras que buscan una moderada oda continua a la magna labor del Dr. Jacinto Convit.


Bien podría un aforismo superior ser vecino al aplauso merecido para este noble médico de proeza extraordinaria. Hay alegría de ser sano y justo; pero hay, sobre todo, la inmensa alegría de servir, decía, Gabriela Mistral. Esto se correspondería de modo intacto a Jacinto Convit, dedicado a la investigación religiosa en la creación de vacunas para la cura medicinal contra las enfermedades infecciosas, especialmente contra la lepra y la leshmaniasis. Hoy lidera un estudio de inmunoterapia para la cura de varios tipos de cáncer. Con décadas en metodología científica, aparece en intervalos, con la luz de los Dioses, entregando a la humanidad magnos resultados de salvación médica, solo inspirado por el júbilo que produce a la especie humana, sanar sus tribulaciones orgánicas.


Cargos y premios nacionales e internacionales inscriben su trayectoria. Personalidad de convivencias sensibles con los pacientes, que extinguen el trato veloz, inhumano, monetario o cruel con el que padece, han concentrado en él la integridad con los genuinos preceptos de la ciencia médica. Tuvo pedagogos y vivencias ejemplares como a Rómulo Gallegos, su maestro y al Dr. Martín Vegas, prócer dermatólogo venezolano, con quien compartió proezas cognitivas.

Noventa y seis años de maravillas mostrando el camino que Venezuela anhela.

viernes, 9 de julio de 2010

Me puse en manos de Dios y acepté el tratamiento

Rosibel González / Prensa YVKE
VIERNES, 9 DE JUL DE 2010. 11:25 PM


Pasó el experimento y con tan sólo tres vacunas se libró del cáncer de mamas

SEÑORA DEL HOSPITAL.JPG

Ortencia Salcedo/Foto Rosibel González
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“Me puse en manos de Dios y acepté el tratamiento” relató Ortencia Salcedo, de 68 años de edad, quien para el 2007 recibe el lamentable diagnóstico médico que la enlistaba en la estadística de mujeres con cáncer de seno.
De inmediato, recurre al Hospital Luis Razetti donde comienza tratamiento pertinente a la enfermedad. “recibí 6 quimios y 29 radioterapias. Ya en 2008 me remiten al Instituto de Biomedicina del Hospital Vargas y allí caí en manos del Dr. Jacinto Convit, en su momento me explicó que se trataba de un estudio experimental. Hice los exámenes pertinentes y salí positivo para optar a la aplicación de la vacuna, de lo contrario no hubiese podido”, destacó la Sra. Salcedo.
Explica que recibió la vacuna una vez al mes y que sólo fueron tres aplicaciones.
Los resultados se dieron tras la aplicación de la primera vacuna, en la segunda ya el tumor había desaparecido.
Hoy en día y con una sonrisa de plena satisfacción, agradece enormemente al Dr. Jacinto Convit, asegura que lleva una vida normal y que recurre a chequeos de rutina cada cuatro meses.
Señaló la Sra. Salcedo “ojalá todos pudieran responder positivamente al compendio de pruebas para optar a la vacuna y así desaparecer la enfermedad, todo se trata de un experimento, yo me arriesgué poniendo mi vida en manos de Dios y confiando en la ciencia, nunca pensé en que no iba a dar resultados, y aquí estoy”.
El llamado para quienes decidan formar parte de este estudio de la mano del Dr. Jacinto Convit, fundador y director del Instituto de Biomedicina del Hospital Vargas, es a que asistan a las charlas que a diario se dictan en el auditórium del instituto de lunes a viernes de 10:00 a 11:00 de la mañana.
Es importante reiterar que hasta la fecha, sólo se trata de un estudio experimental que consiste en la aplicación de una vacuna que combina la fórmula del BCG y la formalina en una pequeña muestra del material tumoral.
El estudio depende del estado inmunológico de la persona, previos estudios que así lo demuestren.
También pueden obtener información a través de la página www.biomedicina.org.ve o por el mail jconvit@gmail.com.